Chimbote y su inconsciente
La ciudad parece despertar de una pesadilla ocurrida hace décadas; el boom de la pesca y su deterioro al ecosistema y a la vida en general. Chimbote ha dejado en el sueño un lamento que no cesa: la pérdida de algo que parece no ha de volver. Ha dejado el útero y el sinsabor de una vida fracturada por una profunda castración. La ciudad vaga como un hombre cuyo destino está golpeado por la duda, el ocaso, tal como Edipo se lamentaba de su destino y de su origen.
En sus momento de lucidez la ciudad celebra, pero tras la noche, llora su pérdida. Por eso escándalo gratutito, la necesidad de ensuciar su alma simbólica con el "qué me importa".
Hay un diván que requiere una ciudad.
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