AL BORDE DEL CAMINO
Al borde de la carretera hallé a Juan O...caminando bajo los efectos de alguna borrachera atroz. Lo reconocí por el perfil mestizo y por el discurso alucinado que escupía a la noche. Lo llamé por su nombre, impávido, sabedor que pronto habría de morirse. Se detuvo y me echó una mirada gris. Me acerqué y le tendí la mano.
-¿Lo conozco?-me preguntó con temor y dejándome desairado.
-Quizás, pero no importa -repliqué-No camine por este sendero porque lo llevará a la muerte.
Rió lanzando grandes carcajadas. La noche era azul y fría y desde el fondo de mí emergía la lástima.
-Déjame en paz-gritó con tono furioso-¿Acaso eres Dios?
Se arrastró lentamente sobre la delgada carretera. Desde el otro lado de la calle, el rumor de la ciudad era grotesco. Lo vi por última vez: parecía una sombra, un pájaro sin alas.